"LaS PaLaBrAS tAmBiéN sOn CaMiNoS"
Sensible al discreto encanto de las pequeñas cosas…
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sábado, 15 de mayo de 2010




Algunas veces la vida nos da una cachetada fría… la de la muerte de seres que amamos, es la muerte que duele, que quema en lo más profundo de nosotros, es un terremoto que mueve los cimientos sobre los que fundamos nuestra vida, y nuestros firmes pasos ya no son ni tan firmes ni tan seguros. Todo toma un tinte diferente, los planteamientos que nos hacemos, el modo en el que pensamos como estamos llevando nuestra vida, como cada paso que vamos dando es un paso menos.
Pero no hay palabras que puedan expresar ciertas cosas, o palabras que puedan mitigar de alguna manera el dolor. Hoy observaba a una amiga desarmarse en llanto y no había absolutamente nada q pudiese hacer para suturar su herida… porque su pena aumentará con los días, cuando busque con su mirada la risa cómplice de ese maravilloso hombre que fue su padre, cuando necesite que la levanten temprano por las mañanas, o cuando simplemente sienta el deseo de decirle “papá” él no estará para oírla, no escuchará sus quejas, no la verá recibir ese título que tanto anhelaba, no estará el día de su boda, no conocerá a sus nietos, no podrá presenciar la fiesta de graduación de su hija más pequeña; y cuando su esposa vea al otro lado de la cama él ya no estará para abrasarla, para contener su dolor cotidiano, para conversar sobre el modo el que pasa el tiempo, para solucionar los problemas de economía doméstica. Él ya nunca más nos reclamará a Lulú y a mí por nuestra ausencia, con esa sonrisa gigante y esos ojos verdes no nos verá correr hacia él con los brazos abiertos para recibir su abrazo de papá adoptivo, expropiado… hoy un anciano decía entre largos sollozos:
-No perdí un hijo, se fue mi mejor amigo.
Y en estos momentos uno tiene tantas preguntas y las respuestas no llegan, entonces uno se queda así, con las manos vacías, el corazón doliendo un poco, las palabras que no logran cobrar mucho sentido.

jueves, 13 de mayo de 2010


El mundo ruge de un modo extraño, en algunas ocasiones me cuesta comprenderlo. Sentada frente al ordenador oigo como grita la calle, detrás de la ventana del living de casa todo pasa muy rápido, pero en la sala parece que el tiempo detuvo su andar entre los acordes de una vieja canción que teje recuerdos preciosos es mi mente. Y de ese modo extraño nazco en este mundo virtual, y con algo de vértigo asomo mis ojos a esta ventana desconocida (lo desconocido siempre asusta un poco)...