"...Amor mío, no te quiero por vos ni por mí ni por
los dos juntos, no te quiero
porque la sangre me llame a quererte, te quiero porque no sos mía, porque estás
del otro lado, ahí donde me invitás a saltar y no puedo dar el salto, porque en lo más profundo de la posesión no estás
en mí, no te alcanzo, no paso de tu cuerpo,
de tu risa, hay horas en que me atormenta que
me ames (cómo te gusta usar el verbo amar, con qué cursilería lo vas dejando caer sobre los platos y las sábanas y los
autobuses), me atormenta tu amor que no me
sirve de puente porque un puente no se sostiene de un solo lado, jamás Wright ni Le Corbusier van a hacer un
puente sostenido de un solo lado, y no me mires
con esos ojos de pájaro, para vos la operación
del amor es tan sencilla, te curarás antes que yo y eso que me querés como yo no te quiero. Claro que te curarás, porque
vivís en la salud, después de mí será
cualquier otro, eso se cambia como los corpiños..."